Día 2. Hoy quiero contarte de mi fundamento esencialista. Antes que el esencialismo, conocí la filosofía lagom, enfoque me llamó a buscar un equilibrio entre la crianza de mis hijos y mi vida profesional.
El viaje hacia este equilibrio comenzó cuando mi pareja y yo tomamos la decisión de que uno de nosotros trabajaría desde casa. Para nosotros, la familia siempre ha sido la piedra angular de nuestras vidas, y queríamos estar presentes en cada paso del crecimiento de nuestros hijos. Pero, al mismo tiempo, yo no quería renunciar completamente a mi vida profesional.
El Esencialismo
El esencialismo se convirtió en mi fundamento. Aprendí que para lograr un equilibrio perfecto, debo enfocarnos en lo que realmente importa y eliminar el ruido innecesario. Esto se tradujo en la creación de un emprendimiento que se alinea con mis valores y objetivos. Después de probar distintas cosas, decidí centrarme en un nicho específico y en las actividades que realmente aportan valor, evitando la sobrecarga de trabajo.
Ni mucho, ni poco: lo suficiente.
Siguiendo la filosofía lagom, estoy intentando aprender a equilibrar mi vida, asegurándome de que el trabajo y la familia tengan su espacio adecuado. Intento crear un horario que me permite estar disponible para mis hijos y para mi trabajo, sin sacrificar ninguno de los dos. Espero que este equilibrio me permita disfrutar de los momentos especiales de la crianza sin sentirme abrumada por las demandas profesionales.
El esencialismo me enseñó la importancia de decir «no» a compromisos que no están alineados con mis objetivos, aunque siendo honesta, no siempre logro cumplirlo. Lo que sé es que, una vez que lo logro, es algo que me brinda tiempo y energía para concentrarme en lo que realmente importa. Además, estas filosofías me enseñaron la importancia de adoptar un enfoque de consumo responsable, reduciendo la necesidad de trabajar en exceso para adquirir cosas materiales innecesarias. Tiene sentido, no?
En este viaje hacia un equilibrio perfecto, también estoy descubriendo la belleza de la vida lenta. Me doy cuenta de que ya no corro tanto, y me tomo el tiempo para conectarnos con la naturaleza y sintonizarme con lo que siento. Esta conexión con el universo, de alguna forma, me da una perspectiva más amplia y una mayor comprensión de nuestras propias vidas.
En resumen, el esencialismo y la filosofía lagom se han convertido en mi fundamento para buscar un equilibrio. La idea de emprender desde casa, y que sea un proyecto alineado con mis valores, me permitiría disfrutar de la crianza de mis hijos sin dejar de lado mis ambiciones profesionales. La vida slow, la conexión con el universo y la vibración de nuestras emociones enriquecen mi viaje. Encontrar el equilibrio perfecto es un camino continuo, pero creo que cada paso me acerca más a una vida plena y significativa.